09 diciembre 2006

LA TEORÍA DEL MONO.

En un día normal, e incorporado a la rutina de cualquier animal, incluido el hombre, llega el inevitable momento en el que el cuerpo pide la ingestión de alimentos para reponer la energía consumida y continuar la jornada, me temo que laboral, al menos durante 5 días a la semana para la mayoría de los mortales. Es esa hora del mediodía en la que después de engullir cualquier cosa durante no más de 20 minutos, todavía te quedan 40 minutos que todo el mundo confiesa dedicarlos con un fervor especial a los documentales de la 2, no olvidemos que en este país a esa hora nadie se pone frente al televisor a mirar culebrones, donde la protagonista es siempre más desgraciada que tú, ni muchos de los realitys vigentes, el "buenas tardes corazones", y mucho menos "el tomate", por favor, el nuestro, es un país culto e intelectual cuya máxima audiencia televisiva solo queda relegada a los documentales de la dos y nunca nos ha interesado lo más mínimo la vida de los famosos aireada en la pequeña pantalla, aunque hay un dato un tanto extraño,si le preguntas a cualquiera de los que reconoce ser asiduo de la 2 al mediodía de que trataba el documental del día siempre sufren una amnesia repentina o se quedaron dormidos antes de que empezara, esas son siempre las dos respuestas posibles.
Pero si el documental del día en cuestión trata sobre cualquiera de las múltiples especies de monos que habitan el planeta,(absténganse los monos con el culo muy prominente hacia fuera y de color rosa, son bastante obscenos y desagradables), entonces, mujeres del mundo, estar atentas porque la "Teoría del Mono" existe y la mayoría vive con un gorila en potencia en su propia casa sin saberlo,(si tu cónyuge trabaja más de lo normal por las noches y consume cantidades indecentes de cacahuetes (siempre me gustó más llamarlo "maní) que acompañan al whisky que consume frente al televisor viendo el partido de liga de los domingos, ya no queda ni un atisbo de duda, ha empezado a pensar en cambiar de selva).
No voy a caer en el ultra feminismo manido de ridiculizar al sexo masculino porque es una postura que no comparto en absoluto, pero he de reconocer que la Teoría del Mono tiene muchos más adeptos masculinos, que con el tiempo además se han ido profesionalizando y perfeccionando en el arte de su práctica.
Volviendo al documental en sí, no hay que ser científico para observar que el hábitat común de los monos son las ramas de los árboles y que además cuando se desplazan por las copas no sueltan la rama de una mano hasta que han agarrado con la mano libre la siguiente rama, vamos a ver, son monos, pero no estúpidos, si lo hicieran de otra manera se caerían, además, nuestros genomas humanos no se diferencian tanto el uno del otro. Y es aquí dónde se pone en evidencia el paralelismo entre el mono y "ALGUNOS" individuos del sexo masculino (por supuesto, sería un insulto generalizar). En nuestra jungla del siglo XXI, construida en puro asfalto, los hombres viven agarrados a una rama femenina que les proporciona la seguridad que necesitan, cuando caen en la rutina de la misma rama hasta que la muerte nos separe y pierden el interés, siguen viviendo en la seguridad de su rama, pero empiezan a otear la selva en secreto en busca de otra rama femenina que les suba la lívido olvidada, y aquí empieza el juego a dos bandas, o mejor dicho, a dos ramas. Engañan, mienten, disimulan, empiezan los quebraderos de cabeza, y cuando lo tienen claro agarran con fuerza la rama nueva y sueltan la antigua, que en la jungla de asfalto se traduce como que se van una noche a comprar tabaco y nunca más se supo, y los hay con un poco más de decencia gorilera que se quedan un último momento antes de soltar la rama para dar explicaciones, eso sí, jurando y perjurando que los motivos no tienen nada que ver con otra rama.
Y cuidado con creer que tienes en casa un hombre que viene de una Teoría del Mono y que dejó una rama para instalarse en la tuya, pero que tú eres la rama definitiva, nada más lejos de la realidad, son reincidentes, si lo han hecho una vez puede haber más, y te puede aplicar en un futuro otra Teoría del Mono en tu propia selva.
Así que, ALGUNOS hombres del mundo, aprendan a dar la cara, no sean tan cobardes, ganen en seguridad y autoestima, la soledad y la soltería no es tan tremenda, y si quieren dejar una rama porque no les gusta las vistas háganlo antes de agarrarse a otra, que una temporadita viviendo por el suelo selvático evita daños colaterales y no le viene mal a nadie para pensar y reflexionar.
Y no olviden que sus documentales preferidos serán los de monos, pero el que nos apasiona al sexo femenino es el que cuenta el ritual de apareamiento de la mantis religiosa, ese contoneo espectacularmente sensual que hipnotiza al macho, mucho más pequeño que la hembra, hasta que lo empuja a una cópula desenfrenada de placer para después de eyacular comérselo vivo, interesante verdad?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante teoría, aunque el salto entre ramas suele ser por motivos más evolucionados que los de un simple "en busca de otra rama femenina que les suba la lívido olvidada"