22 febrero 2007

PÁGINA EN BLANCO.

Para algunos supone un lienzo en blanco que empieza a amarillear por el ahorcamiento prolongado del caballete cansado de estar de pie ; para otros, quizás una partitura virgen a destiempo con un pentagrama no nato que no acaba de musicalizarla ; un trozo de arcilla sin forma , que solo es eso porque las manos que la custodian no han podido visualizar lo que realmente esconde en su interior ; e incluso algunos usan la visión mental de la página en blanco para retrasar una eyaculación precoz que ya dura más allá de la adolescencia que todo lo justifica, y que, en la mayoría de los casos, es inevitable. Pero en mi caso, supone abrir el blog una noche tras otra, picar la opción de "nueva entrada" y solo ver el recuadro de texto en blanco con el cursor parpadeando insistentemente con la mirada fija en el teclado, la sola visión de ese cruel parpadeo ya supone una presión añadida, está ahí esperando su momento de gloria o de mediocridad, según se mire, paciente, atemporal, impertérrito, tiene todo el tiempo del mundo, el portátil está funcionando con CA, mientras haya electricidad tendrá vida y lo sabe. Después de tantas noches conoce el final del supuesto intento frustado, su objetivo es convertirse en un post de merecida lectura, pero después de apenas dos líneas mal escritas y un uso indiscriminado de la tecla "retroceso", acabará condenado al ostracismo indeciso que temen hasta los cursores al ser etiquetados como "borrador", para perecer inevitablemente, en un plazo no superior a 24 h, en la ejecución informática definitiva tras un clic en "eliminar". Y en el fondo, comprendo su difícil situación, es normal que se ponga tan nervioso, todos queremos llegar a ser alguien, su única oportunidad en su corta vida es esta noche, mañana el turno de existir le habrá sido concedido a otro distinto, me está pidiendo que le ayude pero solo soy el pánico a la página en blanco de mi propia mente que podrían oler hasta los mismísimos perros, hoy como ayer lo único que consigo proyectar en este teclado con migas incrustadas en sus ranuras es la misma nada, me está suplicando que le ayude, y yo me apiado de su desesperación y he empezado a teclear y "retroceso", teclear y "retroceso", sin orden ni coherencia, como los locos cuando no saben qué inventarse, como el amante al que se le acaba de pillar en una patética mentira, como la inexplicable lluvia torrencial en un día de agosto, y esto, esto que lees ahora es lo que único que he conseguido materializar en signos ortográficos que llevaban enconados demasiados días.
Le he prometido que no habrá borradores, ni retoques, ni revisión ortográfica, no habrá más demora. Esta noche, el cursor y yo seremos alguien, quedaremos inmortalizados, aunque solo sea en un post de un blog anónimo que probablemente no vaya a leer nadie.
Por ser el primero en llegar y el último en irte, ahí va mi homenaje al cursor del jueves 22 de febrero del 2007 a la 1:53 de la madrugada, voy a picar la pestaña de "publicar".
Feliz viaje hacia la existencia.