15 noviembre 2006

¿QUIÉN MANEJA LOS HILOS?. (para Eduardo).

Algunos piensan al levantarse, que esa oración matutina se esconde bajo la creencia religiosa de un Dios que ha escrito al azar una vida distinta para cada persona, un Dios todopoderoso que dispone para ponerlos a prueba constantemente, y cuyas decisiones nunca son discutidas por la Iglesia que las fundamenta.

Otros piensan al acostarse, que su mirada furtiva nocturna a través del marco de la ventana responde a la creencia pagana de la diosa Fortuna, o quizás al destino incierto y caprichoso de cada cual escrito en alguna estrella lejana que un dia dejará de brillar.

Habrá algún Dios que haya escrito una vida para mí?,
brillará en el firmamento una estrella que lleve mi nombre?,
o quizás apareceré en la carta astral de alguien que todavía no conozco?.

Prefiero pensar que mi vida es un inmenso libro en blanco donde cada dia yo decido, no sin dudas, el capítulo que quiero escribir. A veces hay que reescribir capítulos hemofílicos que no dejan nunca de sangrar. Aparecen personajes foráneos que llegan en un capítulo y se van al siguiente, y con mucha suerte, quizás alguien te pida a media voz que escribas el capítulo más importante de su vida. "Aunque con la edad, los amigos cada vez son menos, los hombres son bienvenidos y se van pronto, y se disfruta de la soledad más que de cualquier otra cosa" (Martín H).

Esos nómadas perdidos sin rumbo fijo que aparecen en este libro que es mi vida quizás me juzguen no por lo que hice, sino por lo que dejé de hacer, y algunos me recordarán no por quién amé, sino por quién no pude dejar de amar.

Yo prefiero pensar Eduardo, que si la naturaleza sigue su curso me dejarás escribir un buen final para el libro de tu extraña y atípica vida, porque afortunadamente, mi entrañable alcohólico, eso es algo que no te dejaré hacer solo.