15 abril 2007

SI WARHOL LEVANTARA LA CABEZA.

Hace tiempo alguien me preguntó que si Warhol viviera en el S.XXI en lugar de las sopas Campbell cual hubiera sido el icono más representativo de la sociedad actual que le hubiera hecho famoso. Se barajaron muchas imágenes posibles en mi cabeza a modo de archivo fotográfico, como el teléfono móvil, el Ipod en todos sus tamaños y colores, el ordenador portátil, quizás el retrato de Bill Gates triunfante, aunque personalmente preferiría el de Richard Stallman descojonado (este blog corre sobre Ubuntu),la comida basura en todas sus variantes (devoradores de menus prefabricados que sufren la inversión de los roles y acaban siendo devorados por patatas carnívoras asesinas), los implantes de silicona cancerígenos, las drogas de diseño (cientos de pastillas de colores dispuestas de una forma determinada para lanzar algún mensaje preconcebido y descarado), la posible fórmula secreta de la Coca-Cola, la NO imagen de las torres gemelas, el anuncio publicitario del paquete de Winston hecho por el rey,... podría haber cientos de combinaciones posibles en las que Warhol hubiera puesto su ojo.

Sin embargo, como es costumbre en mi persona, me decanté por lo más rebuscado, nada de lo que raya en la evidencia más visual, sino algo que recogiera una muestra del objeto y el tipo de persona que simbolizan este siglo que algunos se han empeñado en calificar como la "era de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación" (las TICs).

Y entonces lo vi claro, Warhol hubiera pintado un tríptico con la misma imagen en tres colores diferentes, y la composición sería una habitación con un escarabajo en una silla tecleando en un portátil.

El objeto representativo sería el ordenador, hoy por hoy se cae un servidor en cualquier parte del mundo y se genera tal caos informático que en la mayoría de los casos se paralizan múltiples acciones cotidianas hasta que se arregla la avería con la consecuente pérdida de cifras millonarias. Hemos hecho de los informáticos nuestros héroes locales, los salvadores del caos, hoy en día quién tiene un amigo informático tiene un tesoro, no se le invita a casa a comer los Domingos para que disfrute de un suculento menú, sino para que te arregle el ordenador y puedas ahorrarte la factura del servicio técnico.

El tipo de persona representativo sería el escarabajo, que antes de la transformación kafkiana era un indivíduo como otro cualquiera. Y vuelvo a hablar en este blog de lo que un amigo mio bautizó como el "síndrome de Gregor", en alusión a la Metamorfosis de Kafka, de cómo un indivíduo anónimo en una sociedad cualquiera reivindica su derecho a ser aceptado por el entorno que le rodea, y cuando no es así, tiende hacia el aislamiento mas devastador hasta que deja de interesarle por completo todo lo que hay fuera y se entrega a una agorafobia voluntaria entre cuatro paredes que constituyen su único refugio anímico atemporal. El ordenador y la conexión ADSL es su único contacto con el exterior, escudado tras la pantalla se siente protegido de un mundo externo que le produce pavor. A través del teclado no existen miedos, ni inseguridades, ni complejos, ni rechazos, todo el mundo miente, y se crea la vida ficticia que le hubiera gustado tener en la realidad más cercana, un mundo cibernauta de engaños que proporciona placeres de comunicación comprendida que no habían experimentado antes en sus vidas reales, y que evidentemente llevan aun círculo vicioso del que ya ni pueden ni quieren salir.

Quizás este planteamiento pueda resultar exagerado para muchos, pero sin contar con cifras estadísticas, me atrevería a decir que la mayoría de las personas que frecuentan un chat es básicamente por dos motivos : que buscan desesperadamente una cita sexual para esa noche ; o que es un gregoriano. Por supuesto, no me gusta generalizar, habrá de todo. Y tampoco quiero dar una imagen del tipo gregoriano como alguien desdichado, amargado, y que necesita de un psicólogo, cada cual sobrevive como puede o como le dejan, es una forma de vida como otra cualquiera, totalmente respetable, y con la que mucha gente se siente a gusto.

He conocido a muchas personas de muy diversos tipos en toda clase de chats, y cada vez me reafirmo más en el hecho de que no existen raros, ni freaks, ni rechazados, ni inadaptados, ni introvertidos,... creo simplemente que algunos no consiguen encontrar a sus iguales antes de caer en el universo gregoriano.

14 abril 2007

ORSAI (HERNÁN CASCIARI).

Si le contaras a cualquier español medio que conoces a un tipo que a veces mastica con la boca abierta, quita la chapa de las botellas de cerveza con los dientes, eructa, se saca los restos de carne de los dientes con la antenita del teléfono móvil, miente a cada rato, vacila en exceso en las entrevistas y no se corta en llamar cerdo a quien intenta dejarlo en ridículo, acusado de cínico y prepotente, autoeditó su propia entrada en la Wikipedia y su retirada salió a debate por una excesiva autopromoción, pasa el día en casa delante de un ordenador, o se tira peos sonoros en presencia de su hija vanagloriándose de ello en algunos casos, y en otros, les prende fuego con un mechero hasta conseguir la consecuente llamarada anal. Si dijera que conozco un tipo así en España, probablemente nadie me pediría que se lo presentara, es más, llegaría un punto en la conversación en que después de esto ya no querrían saber nada más del personaje, ya se habría instalado en la imagen mental de quien me estuviera escuchando la fotografía neuronal de un tipo casposo, indeseable, con méritos suficientes para protagonizar la próxima entrega de Torrente. Prejuicios y más prejuicios, todo el mundo se cree con derecho a prejuzgar sin conocer y a condenar antes de tiempo a cualquiera que no se comporte o no piense como nosotros. Que pocos han buscado en el diccionario el significado de la palabra "tolerancia".

Nada de lo escrito aquí ha sido intuido o inventado, él mismo reconoce todas estas acciones en una entrada de su blog Orsai titulada "Problemas en la relación padre-hija". Lo que a algunos tanto os horroriza no es más que lo que todos hacemos en un momento dado del día cuando nadie nos ve, y el que esté libre de pecado, si es que a eso se le puede considerar pecado, que tire la primera piedra y escriba un blog.La diferencia reside en que a él no le importa reconocerlo públicamente porque no tiene de qué avergonzarse, porque probablemente dice lo que piensa cuando lo piensa sin importarle lo que digan de él, y eso, en España, lo que suscita es puritita envidia con mayúsculas, porque vivís en el regazo seguro de la hipocresía atemorizados por el qué dirán, en el momento que a alguien le van bien las cosas y es reconocido por alguno de sus méritos, os tiráis a la yugular de la envidia malsana hasta encontrar algo con lo que poder ridiculizar. Afortunadamente, los torturados están por encima de vuestras necedades cansinas y repetitivas, y están por encima precisamente por eso, porque no son necios con demasiado tiempo libre.

Para mí solo es Hernán Casciari, no lo conozco personalmente, ni falta que me hace, no me importa lo que hace en la intimidad ni que lo cuente, no me interesan lo más mínimo sus técnicas de marqueting, lo único que sé es que cuando ha publicado texto nuevo en Orsai esa lectura queda reservada para la última hora del día, cuando ya he salido del trabajo, cuando estoy tranquila en casa y puedo disfrutarlo al 100% sin interrupciones, como el mejor bocado del plato que se deja para el final esperando que ese sabor sea el que quede en la boca. Es el recuerdo de esa lectura que días después todavía sigue rebotando en el subconsciente con el regusto de las cosas que calan hasta los huesos. Son los textos que pones de ejemplo y comentas cuando salen a debate temas similares en conversaciones trasnochadas con unas cuantas copas de menos. Es el blog que recomiendas a quien aprecias. Son los textos que comentas con tus amigos argentinos de adopción española, aún sabiendo, que si les pides que te hablen sobre los quioscos argentinos puedes acabar sintiéndote culpable de haber despertado la nostalgia patria que ni todas las cosas buenas españolas han podido acallar con el tiempo y la distancia.

Y diré aún más, "la invasión argentina ya ha llegado", y esto va para todos aquellos intolerantes que no pueden soportar que un argentino ocupe un puesto de trabajo de la misma categoría que el suyo, o que se vuelven del revés cuando un argentino usa el cenicero de la mesita de noche de su novia con cuatro piropos bien dichos después de tantos años de relación. Yo estoy encantada, y lo digo con la boca llena, deberíamos de importar el dulce de leche, a Gardel, a los tangos, los alfajores, los quioscos, las navidades en verano, las parrilladas de carne a granel, la leche cultivada, la cirugía plástica barata, las sobremesas interminables después de comer, los nerdos, los pibes, los boludos, los pelotudos,...todas las palabras que quizás algún día por el uso extendido y descontrolado de las mismas la Real Academia de la Lengua no tenga más remedio que recoger en su diccionario más que aburrido y obsoleto.

Sí, Hernán Casciari es argentino, como muchos otros, y lo que os jode es que pueda ganarse la vida sentado en el sofá de casa, sin tener que ir a trabajar, y diciendo lo que piensa.

Más tarde llegué a la conclusión de que encima las críticas vienen por parte de aquellos que ni siquiera han leído nunca ninguno de sus blogs.

Hablar sin conocimiento de causa, el deporte nacional español.