29 noviembre 2005

LA TEORÍA DEL PUZZLE.

Los amantes de los puzzles sabrán que no hay nada peor que comprar uno de esos de 3000 piezas y que después de meses dejándote las pestañas pegadas en el flexo, y sabiendo ya cual va a ser la pared destinada a tal obra, al final descubras que se ha perdido la última pieza. MALDICIÓN!!!!. Y no es una pieza cualquiera de los bordes que dentro de lo malo se pueda disimular su ausencia, NO!!!!!, es justo una de las piezas del centro, la que se nota el hueco lo pongas como lo pongas, siempre Murphy haciendo de las suyas, hasta en los puzzles. En un intento desesperado por encontrar la pieza en cuestión, haces una limpieza de la habitación minuciosa, no hay mal que por bien no venga, en la que suelen aparecer otras cosas perdidas desde hace años, todas las que no eran previsibles de encontrar menos la pieza del puzzle.
Y con el cabreo monumental de la pérdida irreparable empiezas a asociar dicha pieza a todo lo que te pasa en la vida cotidiana. Vereis, la mente humana funciona por asociación de ideas, y el hombre es una especie que necesita vivir en sociedad, pertenecer y formar parte de un grupo, ser una de las partes que forman un todo. Las piezas del puzzle simbolizan a un grupo de individuos dentro de una sociedad, necesitan encajar las unas con las otras para formar un conjunto y ver que juntas han creado algo mayor que ellas mismas. Solas no significan nada, un trozo de cartón amorfo sin sentido y sin significado. Y qué pasa con las piezas que se pierden ?, pues que estas simbolizan a los que la sociedad discrimina por ser diferentes, porque no se ajustan a lo que el resto de las piezas define como normal, personas a las que se les tacha de ir de incomprendidos y contra corriente, cuando simplemente lo único que pasa es que no han encontrado a sus iguales, que son a los que ellos consideran los normales. Además, el resto de las piezas acusa a las que se pierden de poner en peligro la cohesión del grupo, de destrozar el equilibrio del todo, de que por su huída siempre estarán inacabadas. Ante el rechazo y los reproches, tu te crees que la pieza se ha perdido, pero en realidad ella misma ha forzado su desaparición en busca de otro puzzle en el que poder encajar poquito a poco y sin hacer mucho ruido.
Aunque para aquellas piezas que todavía siguen perdidas y olvidadas debajo de alguna alfombra polvorienta, he de decir, que yo creo que tiene que haber alguien "no muy normal" que se dedique a coleccionar aquellas fichas perdidas de todos los puzzles, aparentemente inservibles para todo el mundo, y que las tenga guardada en la caja de cartón de la tolerancia.

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